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El 3 es de mis números favoritos cuando pienso en relojería. Es un número que tiene muchas peculiaridades, es un número primo, es impar y es divisor de 6, de 9 y de 12. ¿Veis ya de qué puede tratar ya este artículo?

En efecto vamos a  hablar sobre cronógrafos.

Lo primero es definir un cronógrafo. La RAE lo define como ¨Aparato que sirve para registrar gráficamente el tiempo que transcurre entre sucesos consecutivos” o lo que es lo mismo, para medir tiempos. https://dle.rae.es/?id=BM00C1c

La diferencia entre un cronómetro y un cronógrafo es que el el primero no tiene porqué poder medir tiempos, simplente es que un reloj está certificado bajo unos estándares de precisión muy altos (generalmente utilizan la certificación COSC) para avalar su exactitud. Y sin embargo un cronógrafo si debe medirlos.

Para que un medidor de tiempos, en este caso un reloj, pueda hacerlo, una de las cosas más importantes que necesita es que haya indicadores, o lo que es lo mismo agujas que nos marquen el tiempo a tomar y, de lo que va este artículo, esferas o subesferas para poder leer con la mayor claridad el tiempo tomado.

Y aquí ya vamos entrando en materia, las subesferas. A mi particularmente la disposición que más me gusta en un cronómetro de pulsera es la disposición 3-9, o también llamados bicompax. Aparte de aportar al reloj de simetría, que también se la daría una disposición de 3-6-9 por ejemeplo, le da bastante simpleza y elegancia al reloj (menos es más en muchas ocasiones). La disposición 3-9 fue muy utilizada en los cronógrafos de los años ´60 y ´70.  Se podría decir que no eras nadie en aquella época si en tu catálogo no contabas con uno. Marcas como Breitling, Omega, Longines, Girard Perregaux,… han creado verdaderas maravillas con esa disposición.

Con los años también se crearían modelos bellísimos con disposición 6-12 como el Portuguese de IWC, del que ya hablaremos en un post para el solo.

Con el paso de los años, quizá por necesidad de medir algo más que segundos y minutos, o quizá por la necesidad impregnada en la relojería de buscar nuevas complicaciones, o por el simple hecho de dar al cliente modelos nuevos con el que satisfacer su ansia de sorprenderse. Se empezaron a fabricar cronógrafos con una esfera más, el contador de horas.

Con el hubo que ingeniarselas para diseñar relojes con una esfera más. Ha habido muchas disposiciones. La 3-6-9, siguiendo la tradición de mantener una simetría en la esfera, y la 6-9-12, son sin duda las más utilizadas.

 

 

 

 

 

 

 

Seguro que os suenan de algo estos relojes.

En plena crisis de la relojería suiza, a finales de los 70, entra en escena el homre que lo cambió todo. Los japoneses habían golpeado fuerte con los relojes de cuarzo. De repente había en el mercado un reloj muy fiable y sobre todo muy barato. Todo ello gracias a la revolución del cuarzo. De repente nadie quería un reloj de manufactura suiza y las ventas cayeron a límites insospechables. Todo apuntaba a lo peor, pero así es la vida, las nuevas tecnologías parecía tener la batalla ganada cuando de repente…un nuevo punto de giro de la mano de Nicolas Hayeck (https://www.swissinfo.ch/spa/nicol%C3%A1s-hayek–el-ingenioso-mr–swatch/5252348).

Este ingenioso empresario libanés consigió levantar lo que estaba perdido y posicionó en el mercado al Grupo Swatch como al más grande y fuerte hasta la fecha en el mundo de la relojería. Para ello se valió de la empresa de moviementos suizos Etasa.

Esto tuvo su lado bueno y su lado malo. El bueno es evidente, la relojería suiza se salva, se posiciona en el mercado y consigue reinventarse más fuerte que nunca. El lado malo llega con la reducción de oferta en cuanto a variedad de calibres se refiere, la tan conocida globalización. De repente casi cualquier marca relojera montaba los calibres del grupo Swatch. marcas como Breitling, Tag Heuer, Hublot, Mont Blanc,… practicamente todas lo hacían.

En cuanto a los cronógrafos, que es de lo que va este artículo, la reina por antonomásia era la Valljoux 7750.

Un calibre robusto, fiable, bastante fácil de montar, lo tiene todo, y adivinad que disposición tiene. En efecto la 6-9-12.

Es una máquina muy, pero que muy bien diseñada. Lo primero de todo tiene dos rodajes perfectamente diferenciados. Por un lado el rodaje del movimiento, con el habitual disposición de barrilete, ruedas de centro, primera y segunda, rueda de escape, áncora y organo regulador o volante.

 

Una vez montado la parte del movimiento subimos a la parte del cronógrafo. Hay que decir que este calibre es un cronógrafo de piñon oscilante (otro día desmigaremos los embragues verticales, ruedas de pilares, etc…)

Al Accionar el pulsador de las 2 horas, la leva mueve un puente que soporta al piñón de transmisión entre la rueda de segundos del rodaje con el segundero del crono. (la única pega de este sistema es que no trabaja totalmente vertical, sino con una pequeña inclinación, con el consiguiente riesgo para los pivotes del piñón. He de decir que he reparado muchísimas Valljoux y ni una sola ha presentado esta avería)

 

 

Aquí tenemos un breve video en el que podéis ver como funciona el sistema de transmisión de una manera más fácil de entender.

 

A continuación podemos ver la leva, es una leva tridimensional. En cada una de sus alturas lleva diferentes formas para así poder mover las palancas del cronó según la función que necesitemos realizar. Inicio del cronometraje, parada o puesta a cero.

Esta leva es accionada por el actuador (en inglés “detent”). Es una palanca con forma de flecha que encaja en el rebaje en forma de “C” de la leva y la lleva a sus distintas posiciones. Este actuador tiene además otra peculiaridad. En su base tiene un pivote escéntrico que veremos un poco más adelante su función.

Ya que sabemos y entendemos cómo le llega la energía al sistema del cronógrafo. Cabe mencionar que a través de una rueda intermedia el movimiento es llevado a la trotadora de minutos (en este caso situado a las 12 horas)

Trotadoras de segundos y minutos del crono

A la altura de las 9 tenemos el segundero del reloj. Este segundero siempre va a estar en moviento, siempre que el reloj tenga cuerda por supuesto.

Ya tenemos adjudicadas las esferas de las 9 y de las 12. Vamos  a por la subesfera de las 6, la contadora de horas del crono.

Esta es una de mis partes preferidas a nivel relojero. Lo lógico, después de ver como funciona el segundero del crono y el contador de minutos, que uno mueve al otro, sería pensar que la trotadora de minutos mueva a la de horas una vez cada 60 minutos. Pues no!! mil veces mejor que todo eso. Para descubrirlo nos tenemos que ir a la otra cara del reloj, la del calendario.

Para gestionar el contador de horas os tengo que hacer una confesión que me había callado cuando os he hablado del tren de rodaje, y es que los muy cucos, en el cubo le han plantado un piñón en la parte inferior (cosa que normalmente no llevan, solo tendrían el dentado del perímetro que engrana con la rueda primera o de centro).

 

 

Este piñón engrana, por la parte del calendario con la rueda contadora del crono!

 

 

 

 

 

Fíjate tú que es un dispositico totalmente autónomo del cronógrafo. Pero, cuando accionamos el pulsador de puesta en marcha del crono, a parte de accionar la leva tridimensional de la que hemos hablado anteriormente y engranar el piñón de que va del rodaje a la trotadora de segundos permitiendo su moviento. También libera la trotadora de las horas del crono situada a las 6 horas.

A esta rueda la mueve directamente el piñón del cubo, y la relación de dientes es igual a la de la rueda primera o rueda de centro del rodaje del reloj ya que tiene que dar una vuelta en una hora.

¿Os acordáis del actuador que movía a la leva tridimesional con punta de flecha? la que tenía un pivote escéntrico en su base. Pues ese pivote entra en el martillo que hace que libere la trotadora de horas o que la ponga a cero a través del “corazón” que lleva incorporado dicha trotadora. Bonito nombre para una leva, ¿verdad?

Parece que una mueve a la otra (la contadora de minutos a la de horas) pero es el rodaje del reloj lo que hace que todo funcione a la perfección.

Volviendo a la parte del cronógrafo, ya queda poco por resolver, simplemente montar el sitema de la carga automática y las palancas del crono, trinquete de trotadora,…

 

Martillo de puesta a cero
Muelles de leva, trinquete contadora de minutos y del puente del piñón de transmisión del rodaje-crono

Por último os pongo el despiece completo de nuestra protagonista de hoy, la Valjoux 7750 para que os hagáis una idea de todas las piezas que lo componen.

 

Hasta aquí la entrada de hoy, que he querido dedicar a la reina de los cronos, la Valljous 7750. Y, ¿por qué diréis? Pues porque a parte de ser el cronográfo suizo por excelencia en los últimos 30-40 años, también es una calibre con multitud de modificaciones como la disposición 3-6-9 de la Valljoux 7753, la disopsición 6-12 de los famosísimos Portugueses de IWC, disposiciones 3-6-9-12 con fucnción de Rattrapante de Porsche Design, 6-9 también con Rattrapante de Girard-Perregaux,…En fin un montón de posibilidades que os iré enseñando poco a poco para que descubráis lo versátil y bien pensado que ha sido este calibre.

 

Muchas gracias por vuestro interés y espero que os haya gustado tanto como a mi escribirlo.

 

 

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